viernes, 29 de junio de 2012

Gastón y Daniela

Hoy toca hablar de la transición informática de Gastón y Daniela. Como en muchos otros casos, la implantación de un ERP en la empresa vino a consecuencia de un caos en el servicio al cliente.
Cuando Vicente Bosque (no Vicente del Bosque, que está tan de moda) decidió que se tenía que poner fin a los problemas informáticos que sufría la empresa, no se imaginaba el coste que podía tener la implantación de un ERP. Pero, aún más importante, no sabía - porque no se había cualificado - el coste de no calidad que estaban teniendo con la pérdida de clientes.
La implantación del ERP en Gastón y Daniela tuvo un punto fuerte que debería darse siempre que una organización decida meterse en la implantación de una nueva forma de gestión, esto es la implicación de la alta dirección. La experiencia en la implantación de Sistemas de Gestión me dice que cuando la alta dirección delega toda responsabilidad e iniciativa de la implantación en un empleado de la empresa, el proyecto no se realiza o, en el peor de los casos, se realiza al margen del resto de los empleados, por lo que debía representar una mejora en la gestión representa una fuente de enfrentamientos y dos modos distintos de trabajar en una misma organización.
El siguiente punto fuerte de la implantación fue el análisis de distintas opciones de productos/empresas que podían satisfacer sus necesidades. Por último, la centralización del almacén en Coslada y la creación de un conjunto de equipos interdisciplinares para la implantación del ERP fueron claramente una ventaja para el proyecto.
Por otro lado, para ahorrar problemas en el funcionamiento del ERP, habría sido muy positivo hacer una buena limpieza de las bases de datos previas, para conseguir la mejor migración posible y evitar los problemas indicados en el caso.
Otras áreas de mejora en la implantación habría sido una mejor gestión del cambio entre los empleados de la empresa, con una formación en profundidad y repetitiva, dada las características de los empleados con escasa formación.
Pero lo más importante es que Gastón y Daniela cayó en el error de querer crear un ERP a medida, de modo que se pierden las mayores ventajas del ERP: aumenta el tiempo de implantación, al ser menos estándar las actualizaciones son más complicadas y no se utiliza el valor añadido que tenemos al estandárizar los métodos de trabajo.

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